Durante el embarazo alrededor del 25% de magnesio se excreta a través de los riñones. Por lo tanto, a más tardar desde la segunda mitad del embarazo, se vuelve mas difícil cubrir el requerimiento diario de magnesio a través de la dieta.
Por eso, es recomendable que las mujeres embarazadas aumente su consumo de magnesio a partir de los primeros meses de embarazo, con el fin de mantener los niveles requeridos aún cuando se excrete parte del magnesio a través de la orina.
La manera más recomendable y sana de añadir magnesio, además de a través de la alimentación, será con un suplemento del mineral que se asemeje al magnesio que se encuentra en los alimentos como lo hace el citrato de magnesio.